martes, 25 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad!








"Navidad, Navidad,
dulce Navidad
la alegría de este día hay que celebrar"
 
Si... alegría.

Aunque sea una ilusión. Aunque sea un espejismo... pero alegría, al fin y al cabo.



Navidad no es sólo celebrar que Dios ha nacido. Navidad es Familia que se reeencuentra (aunque  sólo sea por unos días), buenos deseos para todos...

Navidad también es tristeza, añoranza... por todos aquellos que ya no están con nosotros, todos aquellos que han dejado vacío su sitio en la mesa de Nochebuena...

Navidad es también esperanza y fe en el mañana... por desgracia hay muchas familias que lo están pasando realmente mal, y seguro que sus oraciones buscan ese consuelo... volver a tener un trabajo,  volver a VIVIR.

Navidad es la ilusión de los niños...

Los niños...todos recordamos nuestra infancia, por lo menos yo, cuando llega la Navidad: el Árbol bien lleno de bolas, espumillones, luces....¡menos es más!, dicen.... pero en mi caso: más, era muchísimo más. El Belén con su Nacimiento, con los pastores, el río de papel de aluminio, el caganet... cuando nació mi hermano, además eran los "clicks" de Playmobil....era genial. Recuerdo que incluso, por las calles, ponían altavoces con villancicos. Siempre nos portábamos fenomenal y nos lo comíamos todo porque los Reyes Magos nos miraban desde el cielo...

Jajajaja....siempre uno se queda con lo bueno. Así que, para casi todo el mundo, estas fechas se recuerdan felices... y eso es lo que tenemos que hacer. Ser felices con lo que tenemos a nuestro alrededor: familia, amigos..., felices por lo que somos, por lo que hemos conseguido con nuestro esfuerzo, a pesar de las zancadillas.

Y para ser más felices todavía. os traigo una idea de regalo navideño.


                                                                                                              
TRONCO DE NAVIDAD

ADVERTENCIA:  No os asustéis, aunque veías que la receta es muy larga. Es sencilla y resultona. Sólo tenéis que leerla bien y tener claro el orden y  los pasos a seguir....el resto pan comido.

INGREDIENTES:
Para el bizcocho
- 100gr de harina
- 100gr de azúcar
- 1 sobre de levadura Royal
- 4 huevos L (separar las yemas de las claras)
Utensilios para el bizcocho: 2 boles, una varilla eléctrica, una varilla manual, una lengua de gato.

Para el relleno (crema pastelera)
- 1/2l de leche entera
- 5 cdas rasas de azúcar
- 1/2 cta de extracto de vainilla
- 3 cdas ligeramente colmadas de maizena
- 2 huevos L
Utensilios para la crema: un bol, un cazo, una varilla manual

Para la cobertura (ganache de chocolate negro)
- 150gr de chocolate de fundir (Nestlé Postres, por ejemplo)
- 150ml de nata para montar
Utensilios para la ganache: cazo y cuchara de madera


Elaboración:
Os recomiendo que hagáis primero la crema pastelera y la ganache.

Para la crema pastelera:
Poner en una cazuela 1/4 de leche con el azúcar y  la vainilla. Cocerlo a fuego suave, que no llegue a hervir. Desleir la maizena con el resto de la leche. Batir los huevos, añadirlos a la maizena y cuando esté bien mezclado poner al fuego con el resto de la leche. Si queréis, podéis subir un poco el fuego, pero llevad cuidado, pues si se quema, el sabor no es nada bueno y tendrías que repetirla. Sin dejar de mover, mantener al fuego hasta conseguir el espesor adecuado.



Un vez listo, apartarlo del fuego, colocar en un bol y cubrirlo con film (para impedir que se seque la superficie.



Para la ganache:
Poner en un cazo a hervir la nata.



Trocear el chocolate.


 Cuando haya hervido, apagad el fuego y añadir el chocolate. Sin parar de mover, debéis conseguir que se derrita por completo y se mezcle bien con la nata. Una vez listo, tapar y dejar  enfriar.



Para el bizcocho:
Forrar una bandeja de horno con papel de hornear.
Precalentar el horno a 160º.
Tamizar la harina con la levadura.
Batir las yemas con la mitad del azúcar.



Montar las claras a punto de nieve, añadir el resto del azúcar  y agregar las yemas sin dejar de batir.



Una vez la mezcla sea homogénea, incorporar la harina y mezclar con una espátula.
Verter en la bandeja y hornear durante 10 o 12 minutos.



Evitad que se sobre-cueza, pues a la hora de enrollar, se podría partir.
Una vez cocido, sacar del horno y enrollar, todavía caliente, pero llevad cuidado: dejarlo enfriar unos minutillos antes, pues os podéis quemar.









Una vez  esté frío el bizcocho, procedemos a montar nuestro tronco.

Para ello, desenrollamos, con mucho cuidado, el bizcocho y le ponemos una capa de crema pastelera.


Es mejor que no sea muy gruesa.. Al mismo tiempo que empezamos a enrollar, vamos despegando el papel de horno del bizcocho.



Una vez esté listo, le cortamos los dos extremos, ya que suelen presentar imperfecciones. Muchas veces lo dejo tal cual,pues le da un toque casero que me gusta mucho. Pero en este caso, lo quitamos.

Cortamos, como 4 o 5 dedos de bizcocho, de forma diagonal y lo apartamos.


A la hora de montarlo, podemos hacerlo de dos formas. bien decorarlo directamente en el lugar donde se va a servir, o hacerlo  en la mesa de trabajo y luego trasladarlo a la bandeja. Ventajas e inconvenientes: como utilizaremos chocolate, debemos llevar mucho cuidado de no manchar la bandeja de presentación, para el primer caso. llevar cuidado al trasladarlo a la bandeja de presentación porque se puede desmontar ( y ahí acabar con nuestro tronco), en el segundo caso.

Yo lo he hecho directamente sobre la bandeja.  Colocamos el bizcocho relleno donde queramos presentarlo ( yo lo pongo un poco ladeado) y colocamos al lado, el trozo que hemos cortado, para que parezca una rama de árbol
Atentos, truco! Troceamos tiras finas de papel de aluminio y lo ponemos en los laterales del tronco, levantando un poco y metiendo por debajo, para evitar que se manche la bandeja).



Cubrimos con la ganache de chocolate, procurando tapar todas las juntas entre ambos trozos. No os preocupes si queda imperfecto, de hecho es lo que pretendemos, ya que  se trata de imitar la corteza de un árbol.
Es importante que la ganache esté bien fría (podéis meterla un poco en la nevera para que adquiera mayor consistencia, pero ¡ojo! mucho cuidado, porque si se solidifica, es imposible trabajar con ella. Lo ideal sería una textura un poco más dura que la pasta de dientes).
Una vez cubierta toda la superficie,  podemos  empezar con los detalles:


- con una espátula dentada, o con un tenedor, haremos líneas en sentido longitudinal de forma irregular (podemos describir lineas sinuosos).
- en este punto, si fuera necesario, introducir en el frigorífico para que el chocolate se endurezca y luego retirar con cuidado el papel de aluminio ayudándoos de una espátula o similar.
-en los extremos, podemos simular los anillos de crecimiento, derritiendo, si tenéis, un poco de chocolate blanco (esto es opcional), dependiendo del detalle que queráis conseguir.
-se puede espolvorear azúcar glass por ciertas partes (no en toda la superficie (simulando nieve). Pero esto lo aconsejo que se haga al final, ya que el chocolate lo puede absorver.
-con un poco de paciencia, se pueden modelar figuritas de fondant.

La decoración más bonita es...la que más os guste. Esto son  solo algunas ideas, pero seguro que vosotros tenéis otras mejores




¡IMAGINACIÓN AL PODER!

Espero que os haya gustado.

Hacedla para regalar.¡Nada mejor que algo hecho por uno mismo, con todo el cariño!

Espero que paséis unas Felices Navidades

¡PORTAROS BIEN, QUE LOS REYES MAGOS OS ESTÁN VIENDO!

Hasta el próximo dulce y...

¡Bon profit!














martes, 4 de diciembre de 2012

Déjame que te cuente un cuento. 2

LA NOTA

Había una vez una pequeña nota musical. Estaba sóla, escrita en un papel que había sido arrancado de un cuaderno, arrugado y tirado en una papelera.


Esta nota se sentía muy triste y deseaba llorar, pero no sabía cómo hacerlo, pues no sabía ni su nombre, ni cómo debía sonar. Ni  siquiera le aconpañaba una clave.
Y así transcurría su vida. 
Un buen día, cansada de su soledad, se dijo que ese no era  destino para alguien como ella. No había sido creada para nada. Y armándose de valor salío, como pudo, de aquella papelera y se aventuró a la calle.



Allí vió el sol,  vió los árboles, escuchó el canto de los pajaros...y pensó: -Qué mundo más maravilloso. Me alegro de haber tenido la fuerza y la valentía para salir a verlo.-
Y viajó por todo el mundo.



Pasó el tiempo y de nuevo empezó a sentir  la soledad. Aquello era demasiado bello para no compartirlo con nadie. Así fue como se embarcó en una nueva cruzada: encontrar a más notas que puediesen estar como ella. Y puso un anuncio.




 Y acudieron otras que, como ella, habían sido abandonadas en una papelera.  Pero cuando la vieron, todas se burlaron de ella:- Bah, una nota sin nombre y sin sonido, ¿quién la querría como amiga? -.




En ese momento se sintió más sóla y más triste que nunca.
Ya no le quedaban fuerzas para seguir, y decidió abandonarse para siempre.
Vagó, abatida, por calles hasta que llegó a un parque. Allí le pareció oír, tararear, una melodía conocida.
No podía ser. Sería su imaginación que le jugaba una mala pasada. 

Al ir avanzando, cada vez se oía más y más fuerte. Se estaba acercando.
De pronto se vió a los pies de un hombre que canturreaba, meciendo el cochecito de un bebé... y ahí se dejó caer.




Aquel hombre vio como el viento depositaba un trozo de papel a sus pies.
Se agachó, lo recogió y de sus ojos brotaron lágrimas.... Su pasado vino a él.

-Aquel día mi esposa se puso de parto, y no pareciá ir bien. No recuerdo muy bien qué hice después....-

Y sacó un lápiz de su bolsillo y escribió algo en él.

En ese momento, la pequeña y triste nota, dejó de estar sola. Ahora la acompañaban otras. Ahora tenía un nombre y un sonido y formó parte de la más bella canción de cuna que jamás ha existido.


FIN


Texto original de Regina Palomares